Marcelo Tinelli prendió todos los motores para largarse en su carrera política. Incluso tiene una oficina desde donde coordina sus bajadas a hogares y comedores del Conurbano y se prepara para el próximo paso que, por las ganas del conductor de televisión, parece inminente.

Pero hay cosas que no están bien en la oficina de la lujosa torre Grand Bourg en Figueroa Alcorta. Los vecinos se quejan porque consideran que el showman se instaló en un edificio cuyo reglamento indica que “las unidades serán destinadas a vivienda familiar”, no para uso comercial.

El 15 de agosto, realizaron una asamblea con el fin de tratar “como único tema el alquiler del departamento” que usa Tinelli y decidieron solicitarle al dueño, Miguel Tiphaine, que le haga saber del incumplimiento a su inquilino. En el entorno de Tinelli lo defienden: “Ahí va su secretaria y la presidenta de su fundación, pero también pasan algunas noches Marcelo con su familia y hacen reuniones con amigos”.

En el edificio hay vecinos célebres como Gabriela Sabatini, Juan Cruz Ávila y Eduardo Costantini. Pero a Tinelli lo tiene entre ceja y ceja Ramón Vega, el presidente del consorcio.

Sin embargo, el del conductor no es el único problema del consorcio. El economista Miguel Ángel Broda debe unos 600 mil pesos de expensas.