Susana Giménez nunca logró sentir su mansión de Laguna Garzón como propia. A pesar de que eligió el lugar, la construyó a su gusto (y con muchos inconvenientes) y dispuso de todos los medios para ir. La lejanía de ese lugar hizo que la diva nunca pasara más de tres días consecutivos en esa casona de Uruguay.

La Tertulia se inauguró en 2013. Es una propiedad de 500 metros cuadrados cubiertos y seis dormitorios en suite. No fue fácil hacerla: está tan alejada de la civilización que debieron crear desde los caminos hasta la infraestructura para que lleguen los servicios básicos: la luz, el agua y la comunicación.

La chacra de Susana está ubicada en la punta de un cerro y fue construida con piedras del lugar. Las paredes interiores están recubiertas de madera y los pisos son de cemento alisado, mientras que se utilizaron ladrillos para los pisos de las galerías.

Pero allí radicó el primer problema: “Está lejos de todo, nadie viene y me cuesta quedarme sola en un lugar así”, dijo la diva de la televisión. Es que esperaban que la zona se convierta en un “country de famosos”. Julio Iglesias, Paul Anka y Julio Bocca, entre otros, sonaron como posibles vecinos, pero no llegó ninguno y la casa quedó allí, en el medio de la nada. No sólo eso: en abril, la casa sufrió un robo y esto la llevó a tener que tomar medidas de seguridad.

Por eso, decidió ponerla a la venta hace un tiempo atrás. Pero el precio es tan elevado que los compradores no aparecen: Susana pide alrededor de 10 millones de dólares por esa casa, levantada en un terreno de 101 hectáreas. En la inmobiliaria donde está publicada tiene un precio de 4 millones de dólares, pero no sería el real.

Para conseguir que la venta se produzca, Adrián Pallares, periodista de Infobae, reveló que las inmobiliarias le pidieron que haga un par de trucos. El más importante: hacer que la mansión parezca un hogar. La diva tendrá que llevar ropa, sus pertenencias, ir más seguido y demostrar que la valora. De esa manera, los interesados empezarían a pensar en comprar no sólo un inmueble alejado de todo, sino la casa de la diva máxima de la tevé argentina. “Los encargados de llevar adelante la operación le aseguraron que si ella sigue al pie de la letra la estrategia pensada, como tarde en marzo del 2020 la diva habrá vendido la casa que está casi sin estrenar”, dice Pallares en el mismo artículo.

El único pedido de Susana es que no se convierta en un desfile de cholulos. Para eso, los vendedores ofrecerán la casa a través de fotos y luego de pasar un filtro y firmar un contrato de confidencialidad podrán visitarla.