Si bien recibió críticas, el show que conjugó danza, música y otros elementos de la cultura argentina sorprendió a los líderes del G20 que visitaron el Teatro Colón, tras el primer día de eventos oficiales en la Cumbre. El mítico templo argentino del arte, inaugurado en 1908, fue un escenario ideal para agasajar a los mandatarios.

Allí, entre medio de las personalidades más importantes del mundo y muchas figuras del país, estuvo el intendente local y precandidato a Gobernador de Santa Fe, José Corral.

Antes de ingresar a la sala principal, se tomaron juntos una foto, esta vez con Angela Merkel quien tuvo inconvenientes con el avión presidencial y debió viajar en uno de línea. Llegó a Ezeiza, se cambió en el aeropuerto y llegó justo para la gala.

El show, creado para la ocasión, fue un despliegue tecnológico, visual y artístico con 84 bailarines y 75 músicos en vivo, que recorrió la diversidad de climas, paisajes, etnias y culturas, forjadas entre nativos e inmigrantes de este país. La pluralidad musical -rock, chamamé, malambo, cueca, zamba, carnavalito, tango, rap y hip hop- acompañó los cinco cuadros que representaron a las regiones de Patagonia, Cuyo, Litoral, Noreste y la Pampa.

Entre los protagonistas se destacaron los invitados, Julio Boca y Mora Godoy. En tanto, la cena tuvo como lugar en el majestuoso Salón Dorado del coliseo porteño, con un menú de delicias varias, con la preciada carne y el reconocido vino Malbec como estandartes.