Esteban “Pinki” Rocha y Brisa Leguizamón nunca imaginaron un casamiento así: que se descubra que ella estaba violando una prisión domiciliaria y que la boda sea noticia por su tinte narco donde asesinaron a una familia entera.

Él estaba detenido desde 2019, pero a fines del año pasado la Cámara Federal de Rosario lo excarceló. Es porque la Cámara de Casación anuló un fallo en el que le negaba la libertad y el tribunal dictó una nueva resolución donde atendiendo los argumentos del superior lo excarceló.

El de la mujer es tal vez el caso más controvertido, porque tenía prisión domiciliaria concedida por el juez federal de Santa Fe Vera Barros, en medio de una investigación por narcotráfico. No sólo que violó esa prisión domiciliaria sino que tampoco sirvió el control que tenía mediante tobillera electrónica.

El escándalo tomó estado público cuando luego de la fiesta se dio el crimen narco que los tuvo como víctimas a Iván Giménez, su pareja Erica Romero y la beba de ambos. Fueron masacrados a tiros cuando salían el domingo a la madrugada de la fiesta.

La principal hipótesis del crimen es que se trató de una disputa entre bandas narco que pelean por ganar espacios para la venta de drogas. En el medio, sobrevuela la banda “Los Monos”, pues el matrimonio tiene lazos evidentes con esa organización narco y el fiscal explicó que ocupan un lugar preponderante en la organización dedicada a la distribución de drogas.