Por Germán Beauge *

Al gobierno brasileño se le abrieron varios frentes a partir de la validación, por la Corte Suprema, de las delaciones de 77 ejecutivos de Odebrecht. Los testimonios del grupo ponen al desnudo la mayor red de corrupción en la historia brasileña, que involucró a los directivos de la petrolera estatal Petrobras e impacta, de lleno, en buena parte del gabinete ministerial del presidente Michel Temer.

El momento crucial y crítico ocurrirá cuando las confesiones de los miembros del holding sean dadas a publicidad. Y eso es, precisamente, lo que genera el mayor temor en el Palacio del Planalto. Dependiendo de lo que se conozca, Temer podría quedarse sin sus principales colaboradores: el jefe de gabinete Eliseu Padilha y el canciller José Serra.

Pero también serían arrastrados personas claves en el Congreso. El Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB), agrupación política del presidente brasileño, formalizó la candidatura para la presidencia del Senado de Eunício Oliveira. Figura importante dentro del núcleo más exclusivo del jefe de Estado, vendrá a sustituir al ahora ex titular de ese cuerpo: Renan Calheiros. Tanto el eventual sucesor como el antecesor están involucrados directamente en la causa del Lava Jato y mencionados numerosas veces por los delatores del grupo Odebrecht.

Con la validación jurídica de estas 77 delaciones “premiadas” (a cambio, los arrepentidos se benefician con una reducción de la pena) se cumple un paso esencial en el mayor caso de corrupción del país vecino.

Los documentos de Odebrecht serán enviados ahora al procurador general, Rodrigo Janot, que deberá analizar el material y decidir si pide más investigaciones o si ya presenta denuncias concretas. Si se hallan pruebas fehacientes de que Odebrecht financió de manera ilegal la campaña presidencial de 2014 que llevó a la reelección de Rousseff como presidenta y de Temer como vicepresidente, el Tribunal Superior Electoral (TSE) podría anular de inmediato dicha fórmula y convocar a nuevas elecciones dentro de 30 días (indirectas, a través del Congreso, por haber transcurrido ya la primera mitad del mandato, de acuerdo con lo que determina la Constitución en su artículo 81, inciso 1).

*El autor es licenciado en Relaciones Internacionales