Las víctimas iban caminando por la calle y fueron obligadas a seguir transitando por el barro que había al costado del asfalto. Como se negaron, fueron atacadas.
El imputado se presentó con su abogado y entregó voluntariamente su licencia de conducir. También secuestraron el automóvil con el que cometió el delito y la cédula a su nombre y se lo inhabilitó para conducir todo tipo de vehículos.