Germán Conti no fue el único que se despidió de su gente en el partido que Colón empató con River. Un hombre muy especial para el plantel fue homenajeado también: el “Tano” Porta, el kinesiólogo sabalero recibió una camiseta que le dieron los jugadores, los abrazó de a uno y escuchó como el Brigadier López coreaba su nombre.

“De Colón, el Tano es de Colón”, cantaron desde todas las tribunas al profesional que dedicó gran parte de su vida a la institución sabalera. Son de esos que trabajan de manera silenciosa, pero que son vitales para el buen funcionamiento del equipo: labores que no se ven y nunca son bien reconocidas. Para poner en perspectiva, Conti se convirtió en ídolo sabalero, aunque apenas tiene 23 años. Porta trabajó en Colón más que eso: 30 años.

Antes de arrancar el encuentro, el capitán sabalero lo llamó y le entregó el cuadro con la 30 en la espalda (justo la misma que usa Conti) y con una inscripción: “Gracias Tano por tu fidelidad y amor incondicional a nuestro querido club”. Luego abrazó uno a uno a los jugadores y finalmente a toda la hinchada que le cantó el clásico “olé, olé, Tano, Tano”. Un reconocimiento con todas las letras.