En su visita por Chile, Francisco pidió a los habitantes de la Araucanía “no a la violencia porque termina volviendo mentirosa la causa más justa”. En medio de los conflictos por los reclamos de los pueblos originarios, la misa fue dedicada al “Progreso de los pueblos”, la audiencia incluía mapuches de Argentina y Chile.

Francisco recordó además a “todos los que sufrieron y murieron” durante la última dictadura militar chilena, por quienes pidió un minuto de silencio, al encabezar una misa frente a pueblos de la Araucanía en Temuco, 600 kilómetros al sur de Santiago.

El pontífice celebró una multitudinaria misa en el aeródromo de Maqueue, “en el cual tuvieron lugar graves violaciones de derechos humanos”, según dijo, en línea con los reclamos que hicieron organizaciones de derechos humanos en los días previos de un pronunciamiento papal sobre los delitos cometidos en el lugar.

“Esta celebración la ofrecemos por todos los que sufrieron y murieron, y por los que cada día llevan sobre sus espaldas el peso de tantas injusticias”, declaró Jorge Bergoglio, antes de pedir un minuto de silencio “ante tanto dolor y tanta injusticia”.

A la celebración dedicada a pueblos de la Araucanía asistieron mapuches chilenos y argentinos, a los que pidió rechazar la violencia y dedicarse a la construcción de la paz.

La referencia a los crímenes cometidos durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) anticipa el encuentro que tendrá el Papa mañana, en su última actividad en suelo chileno, cuando se encuentre “cara a cara” con dos víctimas del régimen militar en el aeropuerto de Iquique, antes de seguir viaje rumbo a Perú.

Las palabras de Bergoglio se dieron luego de que organismos de Derechos Humanos denunciaran en las últimas semanas que el lugar funcionó como un centro clandestino de detención y tortura durante la época pinochetista.

La Coordinadora de Derechos Humanos de La Araucanía, que engloba a más de 20 organizaciones como la Coordinación Nacional de Agrupaciones de Detenidos Desaparecidos y Ejecutados Políticos de Chile, había presentado sus quejas al gobierno de Michelle Bachelet apenas se supo el itinerario papal.

La anterior visita de un papa a Chile había sido en 1987, cuando el entonces pontífice Juan Pablo II se reunió con PInochet en el Palacio de la Moneda el 2 de abril de ese año.