Las increíbles imágenes fueron tomadas en las aguas de las Islas Cook, en el sur del océano Pacífico, donde una buceadora se encontró con una gigantesca ballena jorobada que tomó una rara actitud.

Quien se encontraba en el agua era la bióloga marina Nan Hauser, de 63 años, que avistó cerca de ella lo que creyó que era otra ballena. Sin embargo, al ver que la cola del animal que giraba en círculos cerca de ellos se movía de izquierda a derecha, la bióloga supo era un tiburón tigre de 4,5 metros de largo.

Hauser contó que la ballena la protegió del tiburón al colocarla debajo de su aleta pectoral y utilizando su cabeza y su boca para alejarla del lugar.

La grabación muestra al mamífero guiando a la buceadora en una dirección determinada y levantándola fuera del agua aún antes de que esta pudiera notificarle a su equipo de apoyo, que se ubicaba a bordo de un bote, que había un tiburón cerca.

Además, Hauser aseguró que posteriormente otra ballena golpeó el agua fuertemente con su cola, para lograr ahuyentar al depredador.

La investigadora detalló el accionar de los tiburones, cuya actitud primero consiste en rodear a su presa y luego atacar. Si bien su perseguidor no fue tomado en las imágenes, Hauser apuntó que se ubican a algunos metros de distancia y se apresuran hacia su víctima en pocos segundos.

La bióloga asegura que ésta es una prueba de que las ballenas tienen una enorme naturaleza intuitiva para proteger a otras especias animales, incluidos los seres humanos. Los científicos ya habían detectado otros casos de ballenas que protegen a otras especies, pero este es el primer caso documentado en el que realmente han velado por un humano frente a la amenaza de un tiburón, según afirmaciones de Hauser.